Este es uno de los mitos más frecuentes que existen sobre esta bebida. El café no produce adicción, sino que cuando se toma diariamente se convierte en un hábito de consumo.
Además, tampoco se ha comprobado que las personas que toman cafés cada día necesiten dosis más altas a las habituales. Incluso, suele ocurrir todo lo contrario, las personas que toman cafés a diario se caracterizan por tener unos hábitos de consumo muy regulares y constantes.
Seguro que alguna vez has oído hablar de que cuando alguien se ha pasado con el alcohol, un café serviría para contrarrestar los efectos de esta bebida. A día de hoy el café no reduce la tasa de alcohol en sangre. Es más, si una persona lo toma aun estando bajo la influencia del alcohol puede tener un efecto rebote y mantener a la persona sobreexcitada porque además activaría el sistema nervioso por la cafeína.
No es cierto que en el momento en que te tomas el café tu organismo se activa al instante, sino que el efecto de la cafeína en el cuerpo no es inmediato. Nuestro cuerpo tarda alrededor de 15 minutos en metabolizar este componente y los efectos del café tardarían alrededor de 45-60 minutos en aparecer.